Los períodos
de Pablo Picasso

PERÍODO AZUL

Se considera que el período azul transcurrió entre 1901 y 1904. Entre 1900 y 1902 Picasso hizo tres viajes a París, estableciéndose finalmente allí en 1904. El ambiente bohemio de las calles parisinas le fascinó desde un primer momento, mostrando en sus cuadros la gente en los salones de baile y en los cafés con asimilación del postimpresionismo de Paul Gauguin y del simbolismo de los pintores nabis. Los temas de la obra de Edgar Degas y Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec, así como el estilo de este último, ejercieron una gran influencia sobre Picasso. En sus obras, Picasso utilizó tonos azules y representó personajes escuálidos con expresión trágica. Las obras reflejan la miseria humana, con trabajadores extenuados, mendigos, alcohólicos y prostitutas representados con formas ligeramente alargadas, recordando el estilo de El Greco.

PERÍODO ROSA

Poco después de establecerse en París, en un desvencijado edificio conocido como el Bateau-Lavoir, Picasso conoció a su primera compañera, Fernande Olivier. Con esta feliz relación Picasso cambió su paleta hacia tonos rosas y rojos; los años del 1904 al 1906 se conocen así como período rosa. Sus temas se centraron en el mundo del circo, que visitó con gran asiduidad. En la figura del arlequín, Picasso pintó su otro yo, su alter ego, práctica que repitió también en posteriores trabajos.

PROTOCUBISMO

En el verano de 1906, durante una estancia de Picasso en Gósol, Andorra, su obra entró en una nueva fase marcada por la influencia del arte griego, ibérico y africano. El célebre Retrato de Gertrude Stein revela un tratamiento del rostro en forma de máscara. La obra clave de este periodo es Las señoritas de Aviñón, tan radical en su estilo —la superficie del cuadro semeja un cristal fracturado— que no fue entendido, incluso por los críticos y pintores vanguardistas de aquel momento. Con esta obra Picasso rompió con la profundidad espacial, dejando así de lado la pintura tradicional, dando una nueva forma a la representación ideal del desnudo femenino, reestructurándolo por medio de líneas y planos cortantes y angulosos.

PERÍODO CUBISTA

Entre 1908 y 1911 Picasso y Georges Braque trabajaron en estrecha colaboración inspirados en el tratamiento volumétrico de las formas pictóricas de Paul Cézanne, llevando a cabo una descomposición y análisis de las formas, desarrollando así la primera fase del cubismo. La paleta monocromática prevaleció en estas representaciones de motivos totalmente fragmentados, mostrados de modo simultáneo desde varios lados. Los temas favoritos de Picasso fueron los instrumentos musicales, las naturalezas muertas y sus amigos.

También de esta época es el busto de bronce de Fernande Olivier (1909) donde muestra la habilidad técnica en el tratamiento de formas tridimensionales y el Vaso de ajenjo, 1914, escultura en bronce coloreada —tal vez el ejemplo más interesante de escultura policromada cubista realizado por Picasso— anticipando con ella tanto sus posteriores creaciones de objetos encontrados del tipo Mandril y joven (1951, Museo de Arte Moderno), como los objetos Pop Art de la década de 1960.

En 1912, realizó su primer collage, técnica esta que señaló la transición hacia el cubismo sintético. Esta segunda fase del cubismo era más decorativa, y el color desempeñó un papel más destacado, aunque nunca de manera exclusiva.

PERÍODO NEOCLASICISTA

Alrededor de 1917, y dentro de un estilo realista, figurativo, Picasso retrató en varias ocasiones a Olga Koklova, al igual que a su único hijo legítimo, Paulo (por ejemplo, en Paulo vestido de arlequín, 1924, Museo Picasso, París) y a sus numerosos amigos. A comienzos de la década de 1920, pintó una serie de cuadros con figuras robustas, pesadas, escultóricas, dentro del que se ha denominado estilo ingresco, como por ejemplo Tres mujeres en la fuente (1921, Museo de Arte Moderno) y obras inspiradas en la mitología, como La flauta de Pan (1923, Museo Picasso, París).

Picasso mostró en este período una vuelta al clasicismo y en su caso al desnudo monumental, al dibujo de línea precisa como los retratos de ingresco y al equilibrio.

En Tres músicos están representados dos personajes de la Commedia dell'arte italiana (arlequín con un traje a rombos y Pierrot vestido de blanco). Este período extiende hasta desde 1917 hasta 1927.

PERÍODO SURREALISTA

Picasso se unió al movimiento surrealista de manera informal en 1925. Se consideran surrealistas las obras del período Dinard (Bretaña francesa). Este período se extiende entre 1928 y 1932. En esta época la formas son distorsionadas, combinando lo monstruoso con lo sublime, de aspecto gigantesco y a veces terrorífico, con evocaciones mitológicas.

En 1931, ilustró Las metamorfosis de Ovidio dentro de un puro clasicismo. Las esculturas estaban hechas de hilo y láminas de metal.

Aunque siempre declaró que no era surrealista, en muchos de sus cuadros se pueden apreciar cualidades y características propias de este movimiento artístico, como en Mujer durmiendo en un sillón (1927, Colección Privada, Bruselas), Bañista sentada (1930, Museo de Arte Moderno), Bañista al borde del mar (1930) y El sueño (1932).

PERÍODO EXPRESIONISTA

Al comenzar la Guerra Civil Española, Picasso fue nombrado director del Museo del Prado por el gobierno republicano. En 1937, pintó uno de sus cuadros más famosos, Guernica, que es una manera de mostrar el dolor y el terror infligido a la población civil durante el bombardeo aéreo alemán sobre Guernica. En estos años la mayor parte de las obras expresan un sentimiento de angustia, como consecuencia de la problemática situación que se vivía.

Otras obras representativas de esta época fueron Mujer que llora y Mujeres sentadas, que reflejan la tragedia de la guerra.

El punto culminante de su expresionismo lo marcaron sus cabezas de dos caras. En escultura realizó las piezas más abstractas, sin método ni sistema. Durante la Segunda Guerra Mundial no se movió de Francia, siguió pintando en el París ocupado por los nazis. Cuando terminó la guerra, se unió al partido comunista.

LAS SUITES

Entre 1930 y 1937, realizó una serie de grabados, la Suite Vollard, por iniciativa del marchante de arte Ambroise Vollard. Fueron cien grabados conocidos como Suite Vollard. Se editaron 250 ejemplares en dos formatos distintos, con los más variados estilos: aguafuerte, punta seca, aguatinta, etc.

Posteriormente hizo otras series como la Suite 156 (1970-1972) o la Suite 347, que se compone de 347 aguafuertes realizadas en 1968. No se puede dar un interpretación simple de su temática. En cambio, en la Suite Vollard puede decirse que hay dos temas predominantes, como el del escultor y su modelo y el tema del minotauro. En la Suite 347, como en la Suite 156, entró toda la imaginería del Picasso anciano.

La obra gráfica de Picasso abarca más de dos mil estampas. De las series que realizó se conservan muy pocas completas, ya que la mayoría se vendieron por láminas sueltas. La última serie de grabados que realizó Picasso, la Suite 156, un conjunto de ciento cincuenta y seis planchas que grabó entre enero de 1970 y marzo de 1972. De esta suite sólamente existen tres colecciones completas en el mundo.

PERÍODO DE VALLAURIS

Picasso se trasladó a Vallauris. En esta ciudad acabó su escultura El hombre del cordero que mide 2,02 m de altura. Se dedicó por completo a la cerámica, donde realizó cerca de 2000 piezas. Durante este tiempo Picasso hizo también importantes esculturas: La cabra (1950, Museo de Arte Moderno), también en bronce; Cabeza de mujer, la maqueta de la cual llevó a cabo en 1964 y que terminaría como una monumental escultura en acero soldado en 1966; a lo largo de siete meses, creó notables series de grabados con el que retornó a sus primitivos temas- el circo, escenas eróticas, etc.

En Vallauris nacieron sus dos hijos, circunstancia que favoreció la presentación de cuadros más infantiles y maternales, rebosando maternidad. También pintó enormes murales: La guerra y la paz (1952), Massacre en Corea (1951), La Baignade (1957). Durante los últimos años pintó variaciones de temas célebres.

Muchos de los últimos cuadros de Picasso están basados en las obras de los grandes maestros del pasado como Diego Velázquez, Eugenio Delacroix y Édouard Manet.

A lo largo de toda su vida la obra de Picasso se expuso en innumerables ocasiones.